Bori fragt, ob wir ins Konzert gehen wollen, sagt der Bär.
Gute Idee, sage ich.
Bori ist unser Nachbar.
Im Konzert gibt es viele Gitarren
in allen Größen. Je größer der Mann, desto kleiner die Gitarre.
Klingt gut! Wir unterhalten uns.
No entiendo, sagt Boris Frau.
qué lástima, sage ich. Und dann lachen wir beide.
Eine neue Sprache zu lernen ist eine Herausforderung. Man lernt ja nicht nur die Worte,
auch wie die Leute denken, wie sie leben.
Wann sie zu Mittag essen und dass man ab 14:00 buenas tardes sagt. Was guten Abend heißt.
No puedes vivir aquí si no hablas español, sagt Angel und schenkt mir einen Kübel
frisch geerntete Erdäpfel. Na dann.
Ich glaube, wir reden ziemlich viel Blödsinn. Tonterias.
Estoy cansada. Ich bin müde.
Wenn man das n vergisst, was ja in der Hitze des Gefechts leicht vorkommen kann…
estoy casada. Ich bin verheiratet. Auch eine gute Antwort auf die Frage, wie es mir geht…
Es gibt so Zungenbrecher. Desafortunadamente.
Das hab ich lange geübt.
Die sprechen ja sehr schnell hier. Unglücklicherweise.
¡Más lento, por favor!
¡Otra vez! Meistens fällts mir hinterher ein. Was falsch war.
¡Espera! (warte! Hoffe! Freue dich darauf!) Dann versuche ich es noch einmal.
Die Leute hier sind sehr nett. Sie versuchen uns zu verstehen und uns zu helfen.
Beim Üben. Sie reden dann einfach mit uns. Und werden immer schneller… ¡Más lento, por favor!
Es hat ja auch mit Wertschätzung zu tun, wenn man sich um Verständigung bemüht.
Von beiden Seiten.
Manchmal kann ich mich furchtbar ärgern, wenn ich etwas nicht sagen kann,
wenn mir ein Wort nicht einfällt. Wenn ich Fehler mache.
Aber es hat auch Qualität, nicht alles sagen zu können. Weniger ist mehr. Es muss nicht alles gesagt werden. Man kann auch ohne viele Worte bei den Sachen sein.
Bei den Sachen und den Menschen.
Diese Insel ist so klein, da braucht es gar nicht so viele Worte…
Buenos nachos, sage ich.
Mahlzeit! sagt der Bär.
Bori pregunta si queremos ir al concierto, dice el oso. Buena idea, digo yo.
Bori es nuestro vecino.
En el concierto hay muchas guitarras de todos los dimensiones. Cuanto más grande es el hombre, más pequeña es la guitarra. ¡Suena bien!
Hablamos.
No entiendo, dice la mujer de Bori.
Qué lástima, digo yo. Y entonces nos reímos los dos.
Aprender un nuevo idioma no es facil. No sólo aprendes las palabras,
también aprendes cómo piensa la gente, cómo vive.
A qué hora almuerzan y que a partir de las 14:00 dices buenas tardes.
Lo que significa buenas noches en alemán.
No puedes vivir aquí si no hablas español, dice Ángel y me da un cubo de patatas de su huerta. Pues bien.
Creo que decimos muchas tonterías.
Estoy cansada. Si te olvidas de la n, lo que puede ocurrir fácilmente en el calor del momento... estoy casada. También es una buena respuesta a la pregunta ¿Cómo estás?
Hay palabras complicados. Desafortunadamente.
Llevo mucho tiempo practicándolo.
Aquí hablan muy rápido. Desafortunadamente. ¡Más lento, por favor!
¡Otra vez! A menudo sólo lo sé después. Lo cual estaba mal.
¡Espera! Entonces lo intento de nuevo.
La gente de aquí es muy agradable. Intentan comprendernos y ayudarnos. Cuando practicamos. Sólo hablan con nosotros. Y cada vez van más rápido... ¡Más lento, por favor!
También tiene que ver con el aprecio cuando se hace un esfuerzo por comprender.
De ambos lados.
A veces me enfado muchísimo cuando no puedo decir algo,
cuando no se me ocurre una palabra.
Cuando hago errores.
Pero también hay calidad en no poder decirlo todo. Menos es más.
No hay que decirlo todo.
También se puede estar con las cosas sin muchas palabras.
Con las cosas y las personas. Esta isla es tan pequeña que no necesita tantas palabras...
Buenos nachos, digo yo.
¡Hora de comer! dice el oso.
Pido disculpas por mis errores.
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